Del 12 al 16 de noviembre, jóvenes con y sin discapacidad de 7 países de América Latina nos reunimos en Montevideo (Uruguay) en torno al Fogón del Sur, un encuentro organizado por el iiDi y La Luz de Frida. Durante estos 5 días de convivencia y a través de distintas actividades y talleres, buscamos seguir mejorando nuestras habilidades de liderazgo; revisar los nuevos materiales accesibles sobre género, diversidad sexual y masculinidades; profundizar las estrategias de apoyo y pensar juntes los proyectos para el próximo año. Les compartimos un resumen de un encuentro inolvidable, en la voz de Milagros Castro Rocha, integrante de La Luz de Frida.
Día 1
Hoy, nuestros corazones están que no caben en el pecho y queremos compartirlo con ustedes.
Llegamos a Espacio Colabora con los nervios a flor de piel, sí, pero les juramos que la emoción era mil veces más grande que cualquier otra cosa. Y entonces, sucedió. Ese momento que tanto soñamos, que tanto planeamos… ¡por fin pudimos abrazarnos!
No existen palabras, de verdad, no las hay, para describir lo que sentimos al encontrarnos.
Fue un día intenso, un día de tejer redes, de conectar.
Primero, volvimos a nosotres. Tuvimos un ejercicio para sentir nuestros cuerpos, para movernos y anclarnos en el presente, para saber que estábamos viviendo el aquí y el ahora.
Después, ¡a la acción! En parejas, hicimos una actividad que nos hizo movernos por todo el espacio. Fue un ejercicio increíble que demostró nuestra enorme capacidad de adaptarnos para apoyarnos y ser apoyades. ¡Qué equipazo formamos!
De ahí, miramos hacia atrás para honrar nuestro camino. Vimos un video precioso, una línea del tiempo con la historia de IIDI y La Luz de Frida. ¡La piel se nos puso chinita! Reflexionamos sobre todo el trabajo que hemos hecho y el impacto que hemos logrado. ¡Qué orgullo!
Como somos una comunidad que se cuida, lo siguiente fue clave: establecimos nuestras propias reglas de convivencia y accesibilidad grupales. Porque para avanzar, primero hay que cuidarnos juntes.
¡Y entonces sí, a seguirnos conociendo! Nos reunimos en parejas con personas que no conocíamos tanto, después en equipos de cuatro y de seis. Fue una locura hermosa descubrir todo lo que nos representa y las cosas que tenemos en común. ¡Salieron resultados increíbles!
No todo fue trabajo, ¡claro que no! Llegó el momento de nuestro primer almuerzo juntes. Fue tan emocionante, tan hermoso… compartir esos momentos es lo que nos llena el alma. Y agárrense de donde puedan, porque después… ¡hicimos una degustación enorme de tradición y dulzura! Compartimos dulces típicos de los países de los que venimos. Fue una explosión de sabores, un compartir auténtico y divertidísimo.
Ya con el corazón (y el estómago) contento, nos volvimos a reunir para hablar de cosas importantes. Tuvimos un debate profundo sobre el apoyo entre pares y sobre los límites que debemos tener. Salieron preguntas súper interesantes que, seguro, seguiremos conversando a lo largo del encuentro.
Y como aquí las palabras se convierten en hechos, cerramos esa actividad creando duplas de apoyo. Nos organizamos para sostenernos, para acompañarnos y cuidarnos durante todos estos días.
Estábamos agotades, obvio. ¡Fue un día larguísimo! Así que volvimos a nuestros alojamientos a descansar un poco, pero la jornada no terminaba ahí…
Finalizamos el día encontrándonos en el Mercado Agrícola para una cena tradicional uruguaya. ¡Qué convivencia tan espectacular! La comida, las anécdotas, las risas…
Cerramos el Día 1 cansades, sí, pero con el corazón desbordado de felicidad y esperando con una emoción indescriptible todo lo que nos tiene preparado el Día 2 de este Fogón del Sur.
¡El mundo tiene que saber que aquí se está tejiendo algo poderoso!
Día 2:
Bueno bueno… Y si el primer día fue mágico, el segundo… el segundo nos llevó a otro nivel.
Nos volvimos a encontrar en Espacio Colabora, y la energía era pura emoción. Ya no eran los nervios del primer día, era la alegría de volver a vernos, de preguntarnos «¿descansaste?», de ponernos al día.
Y arrancamos con un juego hermoso: «La Super Liquidación». El equipo de IiDi nos sorprendió con una mesa llena de remeras con el logo de verano de La Luz de Frida, ¡con unos colores flúor divinos! ¿La consigna? Cada une de nosotres debía elegir una remera, no para sí misme, sino para nuestre compañere de al lado.
Fue una actividad tan, tan bella. Se sintió en el aire la empatía, el pensar en «a mi compa le quedaría esta talla» o «esta le va a funcionar mejor». Un acto de cuidado puro.
Y entonces, llegó un momento que nos marcó a todes. La actividad «Momentos de liderazgo: ¿de qué está hecho nuestro activismo?».
¡Wow! Fue un espacio para retomar una consigna que traíamos y sumergirnos en la reflexión: ¿Cuándo empezamos a hacer activismo? ¿Por qué? ¿Desde qué lugar salió esa chispa que encendió todo nuestro fuego interior?
Ufff, la reflexión que se generó fue… increíble. Se creó un ambiente tan emotivo, tan sensible… Y lo más hermoso de todo: casi todes les participantes tomaron la palabra de manera voluntaria. Une tras otre. Eso fue absolutamente poderoso y demostró la confianza que hemos construido. Con el corazón a mil, seguimos con un momento de orgullo colectivo. Nuestres compañeres Guada, Caro, Clau y Mily presentaron los avances de la Guía de Diversidad Sexual y Discapacidad. Nos contaron cómo nació este proyecto soñado, cómo fueron los encuentros virtuales, qué buscamos con la guía y cómo ha sido el proceso creativo con las ilustraciones de Sol Ceballos. ¡Se generó un intercambio buenísimo, lleno de preguntas y aportes!
Obviamente, necesitábamos recargar energías. Tuvimos un almuerzo delicioso (¡y un postre que estaba ES-PEC-TA-CU-LAR!) para después volver al trabajo.
Hicimos una lluvia de ideas en equipos para proponer nombres para la Guía. ¡Salieron cosas súper creativas y divertidas!
Y después Sergio nos guio en el Taller de Masculinidades, mostrándonos los avances de una investigación que hace el IiDi sobre este tema en intersección con la discapacidad. Tuvimos reflexiones profundas y luego, en grupos pequeños, analizamos casos de estudio para buscar las causas del ejercicio de la violencia. Fue muy intenso e interesante escuchar las conclusiones de cada equipo.
Estábamos cansadísimes así que volvimos un rato a los hoteles, pero solo para tomar un respiro, porque la noche… ¡la noche era una fiesta!
Nos fuimos al Espacio Cultural Tribu para la Presentación pública del Encuentro. Pero no solo eso, ¡también era la presentación del libro “Lo que arde. Cuentos de alteridades latinoamericanas”!
Fue un momento que nos llenó el pecho de orgullo. Escuchamos cuentos leídos por sus propios autores: compañeros del IIDI y nuestro querido Leodan Ravelo de La Luz de Frida. ¡Qué emocionante!
Hicimos un brindis para celebrar. Por el encuentro, por el libro, por todo lo hermoso que nos está pasando. Compartimos una cena deliciosa… ¿y pensaron que ahí terminaba todo?
¡Claro que no!
Agarramos fuerzas y caminamos y rodamos cinco cuadras hacia una actividad de tambores feministas y disidencias. ¡No te podemos explicar lo que fue eso! La música nos invadió y nos pusieron a bailar ahí mismo, en las hermosas calles de Montevideo, de noche. Como pueden ver, este día estuvo… lleno. Lleno de reflexiones profundas, de orgullo por el trabajo de nuestres compañeres, de celebración comunitaria y de la alegría pura de bailar juntes en la calle.
¡Esto es el Fogón del Sur!
Día 3:
¡El tercer día del Fogón del Sur amaneció cargado de una energía espectacular! Llegamos al Parque de la Amistad y, sinceramente, ¡nos quedamos con la boca abierta!
No todos los días podemos encontrar un espacio público tan hermoso y, sobre todo, ¡tan increíblemente accesible! Ver rampas bien pensadas, ajustes razonables por todos lados y sentirnos bienvenides en un lugar que de verdad piensa en todes… ¡fue la manera más emocionante y digna de empezar el día!
Nos recibieron con una calidez tremenda y nos asignaron un espacio perfecto para seguir con nuestros talleres.
¡Y entonces, la música nos llamó! Las genias de María José Hernández y Florencia Núñez nos esperaban con guitarra y tambor en mano para un taller de Murga que nos sacudió el alma. No solo aprendimos sobre la historia de la murga uruguaya como canto de lucha (entonamos una de 1996), sino que hicimos lo más poderoso de todo: nos apropiamos de ella.
¡En colectivo, escribimos nuestros propios sentires! Fue un momento de conexión brutal, de risas, de encontrar nuestra voz juntes y de transformar la rabia y la esperanza en arte. ¡El resultado fue espectacular! Después de un almuerzo delicioso bajo los árboles, con empanadas y una convivencia que nos recargó el corazón, ¡llegó el momento de jugar!
Nuestra compa Irene nos guio en una actividad de Recreación y Deporte. Nos recordó algo vital: ¡el deporte y el ocio son derechos humanos! Y la mejor parte fue experimentarlo. Nos llevó a los columpios y, ¡Dios mío, qué divertido! pero lo más sorprendente fue ver la cantidad de columpios accesibles diferentes que había lo que nos recordó la importancia de exigir espacios así en todos lados!
Con la energía a tope, nos pusimos a trabajar en el futuro. En la actividad “Soñemos juntes el 2026”, nos sumergimos en los ejes de La Luz de Frida. ¡Llovieron ideas increíbles! Se sintió la potencia de la inteligencia colectiva, la pasión y el compromiso de todes para marcar el camino de este proyecto hermoso. ¡Salimos de ahí sabiendo que el 2026 será nuestro!
El resto de la tarde fue para disfrutar la libertad del parque, para charlar más profundo, para cantar, para relajarnos y seguir conociéndonos.
Cerramos este día inolvidable con una cena deliciosa en Sociedad Urbana Villa Dolores, donde todo se sintió como en casa. Brindamos, compartimos y celebramos estos momentos hermosos de amistad, complicidad y comunidad pura.
¡El Día 3 fue la prueba de que cuando nos juntamos, no hay ego que valga, solo magia colectiva!
Día 4:
¡El cuarto día, el Fogón del Sur se fue a la playa! Gracias al Departamento de Canelones, que puso a nuestra disposición transporte accesible, pudimos trasladarnos a La Floresta. ¡Un agradecimiento gigante también a nuestras queridas Dayana y Mumi por acompañarnos y hacer que todo fluyera!
El viaje de una hora fue una delicia, lleno de risas y excelente compañía. Al llegar, nos hospedamos en un lugar bellísimo justo frente al mar. ¿La consigna?: ¡fuera ropa, hola trajes de baño!
Nos fuimos a disfrutar del sol, del agua y de la arena. Fue un momento divertidísimo, perfecto para sacar el estrés, recargar energías y compartir lo aprendido en los talleres y actividades.
Después de un almuerzo delicioso entre pláticas y más risas, continuamos aprendiendo. ¡Llegó el momento de hablar de los apoyos! Y para eso, la genia de Bri nos guio en una actividad increíble.
Aprendimos los fundamentos humanos del trabajo de apoyos entre pares. Bri nos fue dando información y datos clave, y nosotres, nos encargamos de categorizarlos. Fue una dinámica súper divertida, pero sobre todo, de una importancia vital para nuestra comunidad y activismo.
Después de la actividad y de compartir más dulces típicos de nuestros países, volvimos pasear a la playa.
Y al caer la tarde… ¡llegó el momento cumbre! Subimos a una terraza divina donde charlamos, nos tomamos fotos y… ¡encendimos el fogón! Literalmente. Fue un momento mágico. Compartimos una cena deliciosa todes juntes y, como broche de oro, ¡partimos y compartimos el pastel de cumpleaños de nuestra queridísima Nicole!
La noche explotó en diversión de locura: risas que se oían a kilómetros, baile, canto desafinado ¡pero con sentimiento! y una alegría desbordante. Cerramos la noche de la mejor manera posible: juntes, unides y felices.
Día 5:
El día amaneció vestido de nostalgia, con un cielo nublado, lluvioso y ventoso que parecía acompañar nuestro sentir ante las primeras ausencias de quienes ya habían emprendido el camino de regreso a casa. Aunque no todes estuvimos físicamente presentes en este cierre, la energía del grupo se mantuvo intacta.
Dedicamos la jornada a mirar atrás para impulsarnos hacia adelante. Recapitulamos cada vivencia marcada en la agenda, no solo revisando tareas y aprendizajes, sino honrando cada momento compartido. Fue un espacio para agradecer lo vivido y, sobre todo, para soñar en conjunto lo que queremos construir de ahora en adelante como colectivo.
Hablamos a corazón abierto sobre nuestra transformación emocional, cómo llegamos con mochilas cargadas de ansiedad e incertidumbre antes de conocernos, y cómo nos vamos ahora con la certeza de ser familia. Confirmamos que hemos creado un refugio sagrado donde podemos ser nosotres mismes sin miedo a juicios, señalamientos o condenas. Aquí, la dinámica es opuesta al mundo exterior, nos ayudamos, nos damos soporte y nos complementamos orgánicamente según nuestras necesidades específicas. Hacer clic de esta manera, con tal profundidad y empatía, es un regalo inigualable.
Para sellar este pacto, realizamos una actividad final llena de simbolismo, nos pasamos hilos de colores para tejer, literalmente, la red que ya habíamos construido con el alma. Mientras los hilos se cruzaban, también lo hacían nuestras palabras de gratitud, de apoyo y de despedida, expresando lo que cada une significó para el otre. Ver cómo nos fuimos entrelazando, visualizando el impacto que tenemos en la vida de les demás, fue una experiencia visual y espiritual poderosa.
Cerramos este capítulo con la certeza de que esta red es sólida y hermosa. Este encuentro se queda grabado en nuestros corazones por siempre, pero sabemos que esto es solo el inicio. Hemos cimentado una base inquebrantable y, sin duda alguna, lo mejor está por venir.


