Por META Argentina
Hace un par de semanas, fuimos parte de la Jornada ConCIENCIA Inclusiva, en la sede de FLACSO Argentina. Fue parte de las actividades de la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología, y buscamos compartir la experiencia del 1° Foro de Adolescentes y Jóvenes de Argentina por la Educación Inclusiva, para generar intercambios y debates junto a profesionales y académicos.
¿Cuál es la educación que queremos?
Partiendo de la declaración del Foro, nos preguntamos sobre el vínculo entre Autonomía y la Educación; qué quiere decir hablar de “Escuelas Preparadas”, y sobre las Herramientas y los Apoyos necesarios para una Educación Inclusiva.
Pudimos ver que, al igual que los jóvenes, los profesionales de la educación también están desconformes con la forma de educar en la actualidad, y entre todos reflexionamos sobre las barreras y dificultades que vivimos las personas con discapacidad en la escuela: la mirada y prejuicio de los docentes, la falta de recursos accesibles…
Buenas y malas prácticas
Al terminar el taller, siguieron dos paneles con académicos y representantes de distintas instituciones.
El primer panel fue para discutir sobre las buenas y malas prácticas en la Educación Inclusiva. En este espacio, May y Uriel (de META Argentina) compartieron las conclusiones del taller anterior, y expresaron que una buena práctica en Educación Inclusiva es generar espacios donde los propios jóvenes, adolescentes y niños con discapacidad podamos ser escuchados y tenidos en cuenta a la hora de pensar políticas públicas educativas y de repensar las prácticas en las escuelas.
Siguieron otros panelistas, trayendo a la mesa diferentes prácticas en Educación. Para finalizar, Dora Niedzwiecki (quien coordinaba la mesa) remarcó el carácter político de cada una de las experiencias frente al paradigma del derecho a la inclusión y la necesidad de que estas ideas y realidades se vuelvan políticas públicas.
Durante la segunda mesa, “Discapacidad e inclusión: nuevos abordajes desde las Ciencias Sociales”, se abordaron las problemáticas de la diversidad desde el punto de vista de las condiciones de enseñanza y los recursos de los docentes para hacer efectiva la inclusión. También se analizaron casos en primera persona, de trayectorias educativas en el nivel secundario de alumnos con discapacidad.
Seguiremos trabajando para ocupar estos espacios, buscando que los y las jóvenes con discapacidad nos hagamos oír ante la mirada profesional y académica de las instituciones de formación superior y de la investigación, para que amplíen su mirada y perspectiva de la inclusión. Nuevamente queda más que claro: ¡sin acción no hay derechos!