Sin nosotros, no hay fiesta

Por Matías Ferreyra

En los últimos días, distintos compañerxs queridxs de militancia han realizado manifestaciones públicas respecto a la próxima Cumbre Mundial de Discapacidad que se realizará en Buenos Aires los días 6,7 y 8 de Junio. Las opiniones provienen de compañeros y compañeras del ámbito de las organizaciones de personas con discapacidad, profesionales de las organizaciones para personas con discapacidad, y del sector partidario.

¿Un despropósito?

Los argumentos principales de esas manifestaciones tienen que ver con el despropósito de realizar un evento de estas magnitudes en un proceso de ajuste brutal de muchísimas variables de política social, que afectan fuertemente a las Personas con Discapacidad.

Muchos dicen que es un error hacerle el juego al gobierno asistiendo a su «fiesta». Yo pienso que no, que no es hacerle el juego, sino alzar nuestra voz en el evento que concentrará la mayor atención mediática alrededor del tema discapacidad en esos días.

También se dio a conocer el costo de la licitación pública para la producción de este Mega evento internacional (en relación con el despropósito del gasto). La misma ronda los 65 millones de pesos argentinos, unos 1,4 millones de dólares.

Los enojos giraron en torno al supuesto que no se puede concebir gastar ese dineral cuando por otro lado se busca recortar en el programa «Incluir salud», en los transportistas, en el pago a profesionales de los centros de rehabilitación y los ya famosos recortes a pensiones que están judicializados con fallos a favor del reclamo de la sociedad civil.

El presupuesto 2019 publicado por el Ministerio de Hacienda de la Nación, contempla un costo de 161.000. Millones de pesos a Pensiones No Contributivas, entre los costos de Andis y Anses.

Es totalmente cierto que con 65 millones de pesos las personas físicas, así como también las ONG podríamos hacer maravillas. Pero no es menos cierto que teniendo en cuenta la magnitud del presupuesto  nacional, 65 millones representa menos del 0,003 % del total de lo que se gasta en pensiones.

¿Qué quiero decir con esto? ¿Que habría que gastar más en la Cumbre y menos en las pensiones? NO, por supuesto. ¿Qué este gasto es inocuo al Estado Nacional? Sí, exactamente.

 

Prioridades

El problema, como siempre, siguen siendo las prioridades. La desocupación entre las personas con discapacidad es cercana al 75% de la población
económicamente activa, el Estado incumple sistemáticamente el cupo del 4% de personas con discapacidad en su plantel y las Pensiones No
Contributivas (que son el mecanismo más parecido a la seguridad social que tienen las Personas con discapacidad) se han visto recortadas en
2016, 2017 y 2018, aplicando criterios del año 1997 que nada tienen que ver con los estándares de Derechos Humanos que la Constitución Nacional
dice seguir.

¡Sin nosotrxs, no hay fiesta!

Entonces, ¿cuál es el problema principal? QUE SE SIGUE HABLANDO DE NOSOTRXS, SIN NOSOTRXS. Desde FAICA, organización de la que soy parte, impulsamos junto a otras organizaciones un reclamo justo y adecuado a los estándares constitucionales al solicitar que se garantice la participación de las Personas con Discapacidad. Así se estaría representando en el evento a las Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus familias, que son el actor más fiel y representativo de las personas con discapacidad.

La Observación General N°7 de la ONU indica que las organizaciones deben ser quienes representen efectivamente a las Personas con discapacidad. Así lo establece nuestro lema: NADA ACERCA DE NOSOTRXS, SIN NOSOTRXS. Pues bien, esta representación debe estar garantizada por el Estado a través de recursos. Por eso, solicitamos unos 2,2 millones de pesos para que unas 96 personas con discapacidad, provenientes de las organizaciones, puedan participar de este evento.

Aún al día de hoy no tenemos una respuesta efectiva de la ANDIS acerca de esto, y si 65 millones de pesos es poco para el Estado Nacional,  2,2 millones de pesos son muchísimo menos.

Durante siglos, personas sin discapacidad: padres, tutores, curadores, profesionales, intelectuales, políticos y hasta la curia, habló en nuestro nombre. Esta situación es inconcebible. Estamos cansados que esto suceda porque nos deshumaniza y es indigno de nuestra condición humana. Además es violatorio de todos nuestros derechos civiles y políticos.

Por eso emprendimos esta lucha, para que de una vez por todas (y  para siempre) la participación efectiva de las personas con discapacidad sea una realidad.

Estoy convencido que con un gobierno que prioriza la ganancia especulativa de los grandes bancos es muy difícil que las grandes masas de personas con discapacidad salgamos adelante y tengamos una vida digna. Pero también estoy convencido, que aún con gobiernos progresistas, sin la participación efectiva de las personas con discapacidad, seguiremos siendo hablados por otros.

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